miércoles, 7 de diciembre de 2011

Doña Anita Alvarado.



No existe país en el mundo , donde el desarrollo urbano de las ciudades no muestre características únicas , aun si uno no las las compara con otras pero con si mismas y sus diferentes etapas en el tiempo , por supuesto , Imagino que en un tema eslabonado como son la arquitectura , el urbanismo y la geografía demográfica , existen expertos que con mayor base científica pueden llegar a conclusiones bien elaboradas, pero en esta conversación amena sin otra pretensión que compartir puntos de vista, solo veremos el ángulo personal y el sentimiento mas que el raciocinio .

Las ciudades exhiben un comportamiento que de algún modo bien intimo expresa un reflejo de la sociedad y el dinamismo que las habita , como así mismo , la acumulación histórica de sucesivas influencias , el credo dominante y aun, el standard promedio de calidad de vida que le ha proporcionado su metabolismo económico.

A ras de piso uno , aun en horas de ningún trafico , puede leer como y cuantos la recorren periódicamente , por la interrupción de la silueta mas o menos lineal de nuevas y antiguas construcciones , se puede ver un moteado de cruces y pináculos que indican la presencia de cultos esparcidos por el tramado arteriar de la ciudad , como en toda urbe que se precie de tal , muchas veces es imposible distinguir el sector de la ciudad de donde provienen sus residentes , tampoco se puede con una simple mirada , determinar a priori su status económico o tribal, ni mucho menos si viven en ella o si están de paso momentáneo o temporal, hasta aquí , uno sin duda esta proporcionando la idea general de una ciudad cualquiera , pero no así , de la ciudad de Santiago ..

Santiago de Chile puede parecer a ratos dos o mas ciudades en una , la población que pernocta en diferentes barrios de la capital , viste distinto , habla distinto , camina distinto y hasta cocina distinto , aun cuando se supone lógico , no es obra de la casualidad. Por un falso pudor , nadie siente libertad de admitirlo en publico , con la sola excepción de pedantes faranduleros incapaces de entender que eso los delata. La población del Gran Santiago , como una mancha a la deriva , se ha esparcido por el valle rodeando o gateando cerros y aplastando chacras , desde que la ciudad fuera solo una aldea , 350 años atrás

El barrio alto, que ayer lo fuera el sector República o el área que ronda la Moneda, tambien ha tenido intentos en el Llano de Subercaseux , el Ñuñoa de Jose Domingo Cañas y la plaza del mismo nombre , el micro sector de la avenida Peru y los faldeos del San Cristobal hoy barrio Bellavista y por supuesto , Providencia, Las Condes, Vitacura, La Dehesa y Los Dominicos. Queda la sensación que mientras los barrios de profesionales y empresarios ( o quienes aspiran a serlo o parecerlo ) van explorando un avance al nor Oriente, los de las mayorías asalariadas, se planifican cada vez mas alejados al sur o al nor Poniente , confirmando así , que la ciudad en si , no es mas que el resultado de la sociedad que la habita , pocas ciudades alrededor del mundo, acogen un contingente ciudadano cuya diferencia entre los que ganan mas y los que ganan menos, es tan profunda y eso en Santiago como ciudad, se nota.

En nuestra manía de compararnos con todo y con todos, convenientemente eludimos pensar en lo demencial que resulta una sociedad donde murallas virtuales segreguen del modo que se practica en Santiago, nada mas entendible que un individuo , de poder costearlo , decida vivir en áreas que ofrecen mayor seguridad y equipamiento urbano, pero desde ahí a suponer que este privilegio tiene un nombre y un apellido, es tan anacrónico como improductivo. Que medio mundo se preocupe si un miembro ajeno al de una antojadiza clasificación social o apariencia se mueva al barrio, no es solo el colmo de la ociosidad , si no también , una barbaridad discriminatoria y una muestra de inseguridad y sub desarrollo inmensa.

Es del todo inimaginable que en París alguien arranque del barrio para evitar convivir con el que parece distinto y la gente no importando su poder adquisitivo o intelectual, permanece en sus domicilios por generaciones, o en Nueva York, donde en los barrios residenciales rara vez se conoce la identidad de los vecinos, de Manhattan ni hablar, áreas densamente pobladas como SO-HO o Tribeca albergan una diversidad tan amplia que no es raro encontrar a nadie en particular incluyendo los sin casa o millonarias celebridades , convive todo el mundo en la seguridad que nadie es , o deja de ser, por lo que es , o deja de hacer el resto de la gente en el vecindario, es mas , ese es en realidad el ambiente que les invita a mudarse al sector y pagan lo que sea por un apartamentos de lujo o rentan espacios pequeños y lo comparten para disfrutar las ventajas de la integración y la diversidad , sus mercados, sus restaurantes , sus bibliotecas, shopping centers, etc.

Doña Anita Alvarado , o cualquiera otra persona que pueda hacerlo del modo que ha nadie le importe , debería estar libre de la opinión ajena a la hora de decidir su lugar de residencia , después de todo , si es por lo que ella hizo o deja de hacer , habrían muchos cuyo domicilio debería estar en el entredicho y el comidillo, asi mismo como en las portadas de pasquines y en los ojos de productores baratos y faranduleros de radioemisoras y canales de televisión

Segregar los barrios por otra razón que no sea la individual capacidad de compra, en vez de permitirnos avanzar hacia una sociedad desarrollada , nos aperna a un sub desarrollo histórico y a una convivencia siutica que hace mucho tiempo debiéramos haber superado, como lo hemos hecho en las universidades y los partidos políticos de inspiración popular, social , democráta o independiente .


Luis Alberto Moya


- Posted using BlogPress from my iPad

No hay comentarios:

Publicar un comentario