martes, 14 de junio de 2011

Homosexualidad y la añeja tranca de la intolerancia.

Homosexualidad y la añeja tranca de la intolerancia.


Si uno se eleva por encima de un millón de influencias y  otros cuantos, bien intencionados inculcamientos, si uno pudiera hacerlo, si fuera posible analizar cualquier situación sin un montón de prejuicios acumulados en el crecimiento y la formación , si uno tuviera la capacidad de anteponer el amor a Dios al amor propio, si existiera la posibilidad de sacudirnos de tantas conclusiones ajenas y  si nos viéramos obligados a pensar y decidir por si mismos, pero de verdad, sin heredadas preferencias , sin compromisos ni falsas lealtades , nada nos puede asegurar que pensaríamos distinto , pero al menos sabríamos con exactitud,  lo difícil que es juzgar los demás sin excusas o justificación .

Que unos decidan conforme su fe una docena de esposas, que otros funden familias en una unión sin la bendición de la iglesia, que otros reclamen su derecho a escoger una pareja del mismo sexo ,  son y han sido  temas valoricos asociados con la iglesia , que muy poco o nada tienen que ver con el el rol que la naturaleza le asigna a los hombres, y a su libertad para decidir lo que mas les conviene.    En occidente ,  los homosexuales y sus derechos han sido materia de discusión inagotable, sintetizada por constitucionalistas conservadores en el cacareado prevalecer del derecho natural del hombre frente al del estado. Sin embargo , las voces contrarias,  al parecer inevitable matrimonio de ciudadanos del mismo sexo, viene de aquellos que promueven estas libertades civiles en la inversión y los impuestos profusamente.

Las uniones de adultos en plenitud de sus sentidos , tienen una dimensión muy amplia , pero no alcanza para regresar a los tiempos de una iglesia-estado indivisible, el estado tiene la obligación de proveer idénticos derechos a sus ciudadanos , sea este una casa propia, libertad de emprendimiento, una mecánica de seguro social, una buena educación , una protección laboral y de salud, independiente de su religión , su inclinación política o su orientación sexual.

El temor infundado del mismísimo Apocalipsis o la inducida creencia que la institución del matrimonio se ve seria y profundamente amenazada por el matrimonio civil de dos personas del mismo sexo, o por una ley , hoy realidad , de divorcio, no tiene ninguna base, ni es distinto del temor que impedía precisamente al estado legalizar las uniones de pareja heterosexuales , rol que estaba reservado únicamente a la autoridad de la iglesia,  y que fuera al igual que la obligación de sepultar en cementerios públicos destinada por ley el 16 de Enero de 1884, al rol exclusivo del estado, en las llamada Leyes Laicas.  El miedo ,  ocupa un lugar relevante en la estrategia de manipulación masiva en todos los tiempos, nada,  ha sido mas efectivo en el pasado , que el temor , para disuadir,  a falta de argumentos,

En Chile,  como sociedad con tantas divisiones , tenemos tantas cosas que resolver,  que un debate sobre derechos para homosexuales , mas que abrir un espacio de reflexión y respeto , mas bien crea una feroz tribuna impune de odios y todo tipo de fobias , todas , descaradamente, atribuidas a la voluntad de Dios .
Aun después de doscientos años no nos hemos sacudido del anacrónico concepto de buenas familias y la percepción es generalizada , que para tener éxito, en la inmensa mayoría de los casos,  los méritos no bastan.  Por desgracia la lentitud en los procesos de cambio de mentalidad se tornan nulos , si no se comienzan. Aun discriminamos al Calvo , al obeso y al feo, en este contexto,  esperar que se respeten los homosexuales , es por supuesto iluso. Sin embargo, estamos viviendo una actitud menos rígida en las nuevas generaciones, tal vez porque nacidos en un mundo altamente tecnologizado y global, ellos entienden que la discriminación y la intolerancia , son un peso que les impide aprovechar mucho mejor su tiempo y su energía y que la espiritualidad que brota espontánea en la diversidad de sus amplias redes de contactos,  si puede vencer el materialismo esterilizante de una sociedad prisionera del consumo.

El argumento favorito de homofobicos,  es la destrucción de la familia, la verdad es que si así fuera , seria solo una amenaza, porque mas que lo que jamas podrían hacer las uniones de homosexuales para destruir el concepto de familia, lo están haciendo los escándalos de la iglesia, la falta de un trabajo digno, el hacinamiento multi-familiar, la infidelidad, los embarazos de adolescentes, los femicidios, la violencia intra familiar y entre muchos otros factores , el desequilibrio de oportunidades y el endeudamiento usurero que se viene arrastrando por décadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario