martes, 21 de junio de 2011

Mal de muchos.....

La necesidad tiene cara de hereje reza el refrán . Quienes sobrevivimos los setenta , conocimos un mundo de interacciones no necesariamente mejores pero si muy diferentes. Las cosas no siempre cambian para mejor, pero siempre algo del cambio explica la utilidad de un espíritu de permanente critica y de renovación . Treinta y tantos años atrás , cuando la telefonía móvil solo estaba en la creación del súper agente 007 de Ian Fleming, y el mismo presidente de IBM declaraba inútil la sola idea de un computador en los hogares, la gente estaba obligada a interacciones del todo distintas y mucho mas dependientes que las de hoy,  sin ninguna duda.

Mucho del invadido espacio personal de esta era de masiva telecomunicación e informática es aun impredecible , nos pillo a todos, cual mas, cual menos, poco preparados sin mucho lugar ni tiempo para una recuperación cómoda , las nuevas generaciones tienden a comprender de un modo mucho mas natural este impacto de información y oportunidades que se asocian a esta nueva era. Nosotros , que recién nos veníamos reponiendo de la sorpresa de un cine en el hogar con el que la televisión desplazaba el radio-receptor, de un momento a otro,  nos vimos inundados con un vocabulario que crecía mucho mas rápido que nuestra capacidad de absorberlo y de un  modo tan abundante,  hasta hoy ilimitado.

 Sin un sistema operativo, el MS. DOS, hacia el manejo de un computador algo mucho mas complicado que ahora,  programadores se hacían indispensables para la introducción y en muchos casos eran los únicos capaces de operarlos.   Computadores, faxes, fotocopiadoras, scanners, keyboards, son algunos de los mecanismos que encontraron popularidad en medio de nuestra ignorancia y una mentalidad mas acostumbrada al calculo manual y al romántico manuscrito .

Difícil saber en que momento hábitos enraizados de buena crianza comenzaron a desvanecerse , cosas simples pero importantes como el respeto mutuo,   la palabra de honor,   el respeto a las damas,   el compromiso de pago,   la formalidad,   la lectura,   la urbanidad ,  y tantos otros imposibles de nombrar, sin embargo,  también hemos visto desaparecer el infame menoscabo del hijo ilegitimo, y la universidad , con pro y algunos contras , se nos hizo casi universal,  el restablecimiento de la institucionalidad ,  es también súper importante,  pero tan amplio que da para un capitulo separado.   En este contexto de cambios vertiginosos,  no es del todo extraño que muchas costumbres sostenidas por un régimen de relaciones sociales mas inmediatas,  la preocupación por el que dirán cedió a la tentación de parecer mas... como sea,   la palabra empeñada,  una cosa del pasado,   y la urbanidad cosa de cuicos.     Aquí es donde en alguna parte, deber dinero,  ofender,  llegar atrasado,  aceptar coimas,   engañar "cara de palo a medio mundo",   se nos ha transformado en costumbre ,  sin mucho miedo a la vergüenza de caer preso,  o a la de ser el causante de la miseria del próximo .   Supongo que sociólogos y antropólogos criollos,  estarán bien ocupados de articular toda esta confrontación cultural,  para el legado de investigación por el que seremos conocidos en el futuro, en el mientras tanto,   y así como hemos visto la necesidad de cocinar sano,  de vez en cuando,  tenemos que insistir con una formación bien estricta en el respeto a las personas y a los compromisos,   por supuesto ningún esfuerzo familiar ni del colegio servirá de mucho,   si primero,     no se hacen las reformas necesarias para castigar de veras a los responsables de la destrucción de bienes públicos , y muy especialmente , a los sinvergüenzas que de corbata , saquean todos los días desde algún elevado puesto en las empresas privadas o los ministerios, a los millones de familias chilenas que cada día se levantan para seguir soñando con el desarrollo.


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