viernes, 15 de abril de 2011

Nueva costanera

Seria hora que empezáramos a llamar a las cosas por su nombre, estas practicas forman parte de una política económica de libre mercado, esto no es nada nuevo para ningún chileno mal o bien informado, y ciertamente no lo es para ningún Rabat, desde que este tipo de insensatez pusieran el tema en los diarios en los comienzos del modelo con la "urbanización" de La Pirámide, con incendio de origen dudoso,  y todo.

Tal vez, seria útil un poco de autocrítica para evitar el nimbismo, desastres de igual o similar barbaridad, se observan y se sufren por todos lados.

Las bondades del libre mercado, que son muchas, no deberían arrastrarnos a una sumisión incondicional ni mucho menos permanente, los disparates, sobre todo los de carácter urbano ,pueden afectar nuestra calidad de vida por generaciones, de modo que una protesta ciudadana tan contundente, como oportuna, debe ofrecer una resistencia decidida a las autoridades, las que para variar, intentan el empleo de recursos de todos, para mal resolver, problemas derivados de los beneficios de pocos.

Después de todo, los tiempos son diferentes y el derecho a confrontar decisiones del gobierno no las cercena nadie.

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